Reseña de la película Oppenheimer

Reseña de la película Oppenheimer

“Oppenheimer”, la esperada y ampliamente anunciada nueva película de Christopher Nolan, llegó a los cines ayer y no sorprende que se llenara inevitablemente de emocionados espectadores. Tras su aclamado drama histórico sobre la Segunda Guerra Mundial, “Dunkerque” en 2017, Nolan une nuevamente una narrativa grandiosa con la historia personal para reproducir magistralmente la vida del físico estadounidense y “padre de la bomba atómica”, J. Robert Oppenheimer. 

Avance de la película “Oppenheimer”

Basada en la biografía del científico escrita por Kai Bird y Martin J. Sherwin en 2005, titulada “American Prometheus: The Triumph and Tragedy of J. Robert Oppenheimer”, la película de Nolan no decepciona. Entrelaza los numerosos fragmentos de la narrativa para construir un cuidadoso estudio de la creación de la primera bomba atómica y un conmovedor análisis posterior a la detonación sobre las mentes que trabajaron para crear el arma de destrucción masiva.

La película sigue a Oppenheimer, interpretado por un intenso Cillian Murphy, mientras navega a través de varias décadas, comenzando en los años 20 como joven adulto y continuando hasta la vejez, cuando su cabello se vuelve gris.

La película se convierte en un drama de ritmo rápido pero que fácilmente cautiva al espectador, acercándose íntimamente a la trama y siguiendo de cerca el relato de Oppenheimer. La narrativa abarca su participación en la creación de la bomba, las controversias que rodean el Proyecto Manhattan, sus creencias comunistas y cómo estas fueron posteriormente atacadas, casi destruyéndolo. Como espectadores, llegamos a conocer tanto al hombre como al científico, expuestos ante la monstruosidad de su creación, incluyendo los matices de sus relaciones personales con amigos, colegas y amantes, y sus dilemas éticos emergentes.

“Oppenheimer”, siendo una película de Nolan, sin duda tiene un argumento bien fundamentado y una estructura densa y vívida. La película se divide en dos secciones: fisión (la separación) y fusión (la fusión), abarcando dos narrativas alternas, una en colores brillantes y la otra en un blanco y negro de alto contraste. El joven Oppenheimer es ambicioso, inspirador y despiadado, y descubrimos el camino que toma mientras su vocación prevalece sobre las consideraciones éticas en torno a la creación de una bomba nuclear. Nolan explora con agudeza, y tal vez de manera crítica, el vigor y la ambición característicos de un científico, para quien un experimento se trata de lograr un resultado deseado, a menudo sin tener en cuenta las repercusiones que esto pueda tener cuando se expone al resto del mundo. Fiel al cartel de la película, se nos presenta a un hombre enfrentando su creación destructiva, en medio del fuego, humo y vapor. Este es J. Robert Oppenheimer enfrentando juicio por sus creencias, y también enfrentando la devastación y muerte que causó su creación. La famosa cita suya del Bhagavad Gita vuelve a resonar: “Ahora me he convertido en la Muerte, destructor de mundos”, nuestro científico en escena es desgarradoramente desmenuzado mientras enfrenta su propia vanidad después del caos que ha generado sobre vidas inocentes e inconscientes.

Sin embargo, lo que Nolan podría haber hecho en exceso es quizás el sentimentalismo y la simplicidad con la que presenta a Oppenheimer. Aunque el espectador que se encuentra en la oscuridad del cine se conmueve profundamente, no solo por la ironía y las repetidas culminaciones emocionantes de la película, sino también por la asombrosa gama de emociones que ofrece la actuación de Cillian Murphy, estas emociones a veces pueden resultar familiares y clichés, aún enmarcadas en el paraguas que cualquier película biográfica de Hollywood ofrece.

Otro punto que invita al debate y la crítica es la elección deliberada de Nolan de evitar mostrar los verdaderos horrores que Fat Man y Little Boy causaron en Nagasaki e Hiroshima el 9 y 6 de agosto, respectivamente. Esta omisión, de alguna manera, refleja la propia evasión de Oppenheimer ante las imágenes capturadas en las dos ciudades.

Después de la cinematografía, quizás lo más atractivo de todo en la película es el elenco y equipo que Nolan reúne para el proyecto. El brillante reparto repleto de estrellas hace justicia a esta gran producción. Tenemos a Robert Downey Jr., Benny Safdie de los Hermanos Safdie, Dane DeHaan, Casey Affleck, Matt Damon, Florence Pugh, Rami Malek, Gary Oldman y Emily Blunt, sin mencionar al propio Cillian Murphy en el papel principal.

La monumental banda sonora del compositor sueco Ludwig Goransson añade otra capa esencial a la película, no solo respaldando la acción en pantalla, sino también construyendo y relajando la tensión con la mayor maestría.

A pesar de que “Oppenheimer” rompe con la estructura de la típica película de Nolan al incorporar elementos clásicos como la cronología fragmentada y el uso intensivo de la música para crear una experiencia sumamente inmersiva para el público. Al igual que hizo en “Dunkerque”, el director una vez más nos lleva al centro mismo de la película, nos involucramos en el proceso al igual que los científicos en la pantalla lo están.

“Oppenheimer”, sin embargo, es menos explosiva que otras películas de Nolan, siendo mucho más enfocada en diálogos. A diferencia de “Dunkerque” o “Interstellar”, “Oppenheimer” es más bien un drama psicológico y una exploración de la mente humana. A diferencia de estas otras películas, donde Nolan enfatizaba más el escenario y la puesta en escena de las situaciones, “Oppenheimer” se desarrolla en escenarios moderadamente realistas, utilizando efectos especiales mínimos, entregándonos una historia emocionante, emotiva, sensacional y, lo más importante, una historia sin adornos e íntima.

En conclusión, “Oppenheimer” de Christopher Nolan es una obra cinematográfica intelectualmente estimulante y emocionalmente conmovedora. Captura con éxito la vida de una figura histórica compleja al mismo tiempo que profundiza en las implicaciones más amplias de la ambición científica y la responsabilidad ética.

Sustentada por la magnética actuación de Cillian Murphy y fortalecida por la característica maestría narrativa de Nolan, la película se erige como una notable incorporación a la ilustre filmografía del director. Con su enfoque multifacético y su narrativa excepcional, “Oppenheimer” deja una huella indeleble en el público, invitándolos a reflexionar sobre las profundas consecuencias de la búsqueda del conocimiento y el poder por parte de la humanidad.

 

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